lunes, 22 de junio de 2015

Janis Joplin

#JanisJoplin 
Es una mezcla rara. 
Un poco de sahumerio y café a la urgentona. Ni caminar servía, ni el aire helado de este invierno que llegó de golpe servía. 
Intenté por apelar a una de mis comidas favoritas; favoritas por lo rápida, barata y fresca, pero tampoco eso ayudó. 
Y sí, no vienen siendo mis días todos estos últimos. Es que la energía no se siente igual, la sensación es otra. Es enojo puro, de esos que te tienen insoportable, de no querer ni hacerte el café porque ya el hecho de levantarse y tener q hacer fuerza para batir el café y levantar la pava, es demasiado.
Que anda pasando por aquí?
Janis Joplin suena, con Maybe. Que hermosa canción. Es la única que por el momento me permite mantenerme en eje, amagando irme a los costados, pero aca estoy. 
No puede ser muy costosa la cosa de querer ir por el lado de hacer las cosas bien, de abandonar los extremos cuando de salud hablamos. Por qué está todo tan burocrático y costoso? Y no es por el hecho de ser una estudiante del interior, con unos mangos nomá para el helado de antojo de fin de semana. Es que creen que es una belleza, que no es una discapacidad. No la ven así en lo absoluto. Justamente, porque no la ven. 
Dormir hasta taaarde. Doce horas del medio día, quizás más. No querer levantarse. No, no no no no. Un rato más. Es que ya duele hasta estar acostada, duele el enojo y estos días que me tiene a lo trapo. No puede ser todo efecto de los días que pasaron. En lo absoluto. Mi cuerpo me prepara para lo que viene. Y no sólo refiriéndose a las horas, sino a lo que andá a saber qué va a pasar por mi cabeza. 
Estoy tan cansada, es todo tan enquilombado. 
Anoche decíamos con mis amigas, de volver a ser chicas. De que cuando uno pasa los 25, ya no sos más la veinteañera, sino la treinteañera. Chu.
Adónde van a parar esos etiquetamientos? Será que al fin y al cabo nos apropiamos de ellos? Y que implica apropiarse?
Que más nos dice la edad de nosotros, además del tiempo que llevamos vivos, o no-muertos? Creemos en la teoría de la madurez, esa que entre otras cosas nos atribuye a las mujeres una leve distancia hacia los hombres. Todavía creemos en eso?
Y recurrí a mi vieja, y sí. Es que necesitaba decirle esto que me pasaba, aunque sea sólo por unos segundos. Y fue peor,  me enoje porque ella estaba ocupada. Para la moto piba.
Después me llamo ella. Y le conté. Y me dijo que no, que parara. Que trate de arreglar las cosas. Y otra vez, no llamándola para consultarse sino para hacerle saber una decisión que ya estaba tomada, pero parece que estoy (todavía) necesitando de esa ficticia homologación maternal. Si, si, si. Reconozco que es eso.
Y acá sigo, con calor en el cuerpo de un enojo al cual no puedo explicarlo ni explicarle mi necesidad de que  se detenga. Mi vida sigue. No quiero que mi clase de criminología vuelva a ser de pacifista. Y de matadero, a la vez. Claro, mis compañerxs no son de lo mejor a la hora de querer paz o concentración para poder discutir temas, que sólo profesoras como esas y en lugares como esos, nos brindan. 
Capacidad de reconocer lo que nos toca, lo que debemos aprovechar aun mas que la media. Que aunque nos desgaste, todo llega. Qué estoy diciendo? Que todo llega?
Aca estoy, sentada. Hace unos años me dijeron ese refrán. 
Acá estoy, caliente porque ni el refrán se aclaró, ni lo que el refrán me dijo que iba a llegar, llegó. 

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