miércoles, 27 de mayo de 2015

Donde Estés

Llega una hora de la noche que es infumable. A veces la presento como aburrimiento, otras veces como ansiedad de cosas dulces, ahora de saladas. También estuvo presente como maratón de serie hasta la madrugada. En "un no se que, pero no me quiero ir a dormir, quiero hacer otra cosa pero mi cuerpo esta cansado". Pruebo con llevarme un libro, un apunte, cualquier cosa. La luz prendida, mirar al techo, a la puerta. Decidir apagar la luz, esos primeros escalofríos y la contra misma diciendo que no pasa nada, que son solo sensaciones. La noche tiene un no se qué que me impide irme a dormir, creo que el día no se termino, que aunque no haya sol y hablemos de la noche, de la luna, de las estrellas y del ruido de los murciélagos, yo quiero que todavía el sol brille. Que tiene el sol, o que no tiene la oscuridad que hace que la rechace. Escuchame oscuridad o no-sol, sos algo que siempre me ha agradado. No tengo prioridades entre una cosa o la otra, me gusta  usarte para descansar; cosa que no puedo hacer hasta q se me calientan los pies. Como me cuesta calentarme los pies: ahora pienso poner otra frazada, aunque después termine bajo cinco kilos de frazadas. No importa. No quiero alegar excusas para poder dormirme. Que peor para la conciencia de uno que tener problemas para dormir, para poder conciliar aquello que es tan deseado en el día, después de los problemas, o mientras los problemas. Mientras escucho al profe recién tomar lista de asistencia, mientras los de la administración pública me dicen que hay un porcentaje adicional a un impuesto fijo, que su único criterio es la fecha. La fecha!? Escuchame, la fecha?. Han dilapidado todas mis aspiraciones estudiantiles. Por eso odio ser estudiante y pedirle plata a mis viejos, frente a una avalancha de impuestos mensuales, alquileres, libros. Joder, no quiero preocupar a mis viejos. Necesito una entrada de dinero, todo lo contrario a lo que estoy haciendo ahora. Desembolsar, desembolsar. Ese fue mi impedimento para ir por un alfajor u otra cosa dulce. 
En vez de hacer eso, me puse a escribir. Es que hoy tuve un día de mierda, realmente hoy fue uno de esos días que, no que no me tendría que haber levantado, se tendría que haber salteado la semana directamente. Estoy segura que no la hubiese pasado no-mal en la cama siquiera. Estos días son para personas con más tolerancia hacia la burocracia pública. 
Estoy acumulando ganas de irme a dormir. Voy a proceder a eso, y mañana arreglaré mis propuestas de generación de dinero. Pilas, todo se puede solucionar. Hoy me dijeron que siempre ando contenta, sonriente. Vengase a esta hora y lo hablamos.
Donde estés, te extraño.

No hay comentarios:

Publicar un comentario